Tenemos por tendencia definir o cuantificar todo lo que nos pasa, y alguien me dijo una vez que no siempre es necesario hacerlo. No le faltaba razón. Un claro ejemplo de ello es lo que tienes entre manos. No son relatos, no es poesía, no son reflexiones, seguramente no sea nada de lo que esperas, o quizá sí. Todo tiene un principio, pero en esta ocasión te dejaré a ti que escojas cómo empezar. A partir de ese momento, no me hago responsable de las sensaciones que puedas experimentar, el vértigo de estas líneas o el rumbo que tome la excitación de tus deseos. Una gran catarsis emocional no apta para gente sin pasión. Te invito a este libro no definido que enmarca los últimos diecisiete años de mi camino hasta la actualidad, aunque tamp
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