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5,93 €Insólita figura la de este escritor mallorquÃn que hemos conocido gracias a un amigo, Paco Monge, quien nos incitó a leerlo. ¿Cómo y por qué ha surgido este surrealista de la diáfana mediterraneidad No contamos con una biografÃa de Cristóbal Serra para guiarnos. Algunas fechas secas jalonan su vida y éstas tienen un valor, antes que esclarecedor, anecdótico. Ha cosechado dos tÃtulos universitarios, ha pasado por varios oficios, se ha consagrado a la traducción, y ha escrito siempre que se ha liberado de la esterilidad que también crea el cardo y la escualidez de la higuera.En los años de la posguerra, Cristóbal Serra escribe Péndulo que publicará años más tarde. Lo escribe desligado de toda influencia, aunque luego descubra que está bajo el signo de Kafka o de Michaux. Péndulo, el payaso metafÃsico por él creado, que sufre la soledad de los maniquÃes de De Chirico, conoce la suerte de ser traducido al italiano en la revista Il Caffé .Aparte de este personaje tragicómico, desarraigado, charlotesco, Cristóbal Serra ha inventado el mundo despampanante de su Viaje a Cotiledonia. Este viaje quimérico, que tiene un encanto irresistible, recuerda a ratos un viaje de Swift, otros una vida imaginaria de Schwob, otros nos sumerge en este tipo de ironÃa que sólo un hombre mediterráneo puede expresar, porque es una ironÃa a veces distante y a veces rozando la mala uva. Además, la escritura es perfecta. Cristóbal Serra ha encontrado el vehÃculo sencillamente adecuado para expresar el misterio de una rebeldÃa en toda su amplitud. Con razón de él ha escrito Octavio Paz: Habita el secreto con la misma naturalidad que otros nadan en el ruido. No es ni dragón, ni caballero andante, ni filósofo gimnosofista ni hechicero. Sabe sonreÃr y esa sonrisa lo aparta de los hombres modernos .